martes, 27 de enero de 2009

Pueblos de Arda IV


Noldor
Los más poderosos de entre los elfos que habitaron la Tierra Media fueron los noldor, porque fueron los elfos que
hicieron las Grandes Joyas llamadas los Silmarils, así como los Anillos de Poder. Los noldor fueron el segundo linaje de los eldar
que llegaron a las Tierras Imperecederas. La palabra noldor significa «conocimiento», cosa que, más que los demás elfos, lucharon
por poseer. En los años de los Árboles de los Valar su rey fue Finwë, y entonces su alegría fue grande al aprender de sus tutores,
los Valar y los Maiar. Su ciudad de Tirion, sobre la verde colina de Túna, que miraba al mar iluminado por las estrellas, era
poderosa y bella. Porque la ciudad estaba edificada en el Paso de la Luz, llamado Calacirya, el único paso en las montañas Pelóri,
que cerraban las regiones de Eldamar y Valinor. A través de este desfiladero surgía la Luz de los Árboles y caía sobre el lado
occidental de la ciudad. Al este, a la sombra de Túna, los elfos miraban las estrellas que brillaban sobre los Mares Sombríos. Los
noldor fueron los primeros en extraer las gemas que encerraban las montañas. Regalaban estas gemas, de modo que todas las
mansiones de los elfos y los Valar refulgían con ellas, y las mismas playas y estanques de Eldamar, según se dice, brillaban con la
luz de las gemas esparcidas. El rey de los noldor y su reina, Míriel, tuvieron un hijo al que llamaron Curufinwë, más tarde
conocido como Fëanor, que significa «espíritu de fuego», porque fue el primero en crear las gemas mágicas élficas, que eran más
brillantes y poderosas que las piedras preciosas de la tierra. Por sí solas eran pálidas, pero a la luz de las estrellas recogían dicha
luz y despedían un brillante resplandor azul. Fëanor también creó otros cristales, llamados palantíri, las «piedras videntes» que,
muchas edades después, los elfos de Avallónë entregaron a los dúnedain. Pero la mayor de las hazañas de Fëanor fue la creación
de tres gemas fabulosas que capturaron en su interior la luz mezclada de los Árboles de los Valar. Eran los Silmarils, las joyas más
hermosas que jamás había visto el mundo, porque despedían una luz viva. Sin embargo, la tragedia cayó sobre los noldor cuando
Melkor apareció, con la araña Ungoliant, y destruyó los Árboles de los Valar, mató a Finwë y robó los Silmarils. Fëanor juró
venganza y salió hacia la Tierra Media en persecución de Melkor, a quien llamó Morgoth, el «Enemigo Oscuro del mundo». Así
comenzó la Guerra de las Joyas y las Guerras de Beleriand, que duraron toda la Primera Edad del Sol. Durante esta edad de guerra,
los noldor también trajeron grandes dones a la Tierra Media. Y durante un tiempo surgieron reinos noldorin en Hithlum, Mithrim,
Dor-lómin, Nevrast, Dorthonion, Himlad, Thargelion y Beleriand Oriental. Los más hermosos reinos de los noldor fueron los dos
reinos ocultos: Gondolin, gobernado por Turgon, y Nargothrond, que era un feudo de Finrod Felagund. Fëanor murió en la Guerra
de las Joyas, así como sus siete hijos: Amras, Amrod, Caranthir, Celegorm, Curufin, Maedhros y Maglor. Su hermano Fingolfin y
los hijos de éste, Fingon, Turgon y Aredhel, también murieron a manos de Morgoth. Y aunque Finarfin, el otro hermano (y tercer
hijo de Finwë), se había quedado en las Tierras Imperecederas donde gobernaba a los noldor que permanecieron en Tirion, todos
sus hijos, Aegnor, Angrod, Finrod Felagund y Orodreth, marcharon a la Tierra Media y murieron también. Así que de todos los
señores noldor y sus hijos sólo sobrevivió en la Tierra Media Galadriel, la hija de Finarfin. A lo largo de la Primera Edad, Morgoth
y sus siervos destruyeron todos los reinos noldorin. Debido a estas guerras, los dominios de los elfos grises, a los que también se
conocía como sindar, fueron destruidos, al igual que los dominios enanos de Nogrod y Belegost y la mayor parte de los reinos de
las Tres Casas de los edain. Pero al fin los Valar y Maiar partieron de las Tierras Imperecederas para luchar contra Morgoth. Así
tuvo lugar la Gran Batalla y la Guerra de la Ira. Ante tan poderosa fuerza, Angband cayó y Morgoth fue arrojado al Vacío Infinito
para siempre. Pero la conflagración fue tan tremenda que Beleriand quedó destruida y la mayor parte de su territorio fue tragado
por las aguas. De las estirpes reales de los noldor pocos sobrevivieron a la Guerra de las Joyas que pudieran decir ser
descendientes de los grandes reyes. Así fue que Gil-galad, hijo de Fingon, hijo de Fingolfin, estableció el último gran reino de los
noldor en las tierras de los mortales. Fue Lindon, la única zona de Beleriand que quedó después de la Gran Batalla. Con Gil-galad
vivía Celebrimbor, hijo de Curufin, el único príncipe de la Casa de Fëanor que quedó en la Segunda Edad. Galadriel, la hija de
Finarfin, y Elronc y Elros los Medio elfos también fueron allí, igual que Círdan de los falathrim, los laiquendi y los edain (los
hombres que fueron fieles a los elfos durante las guerras). Entonces fueron muchos los elfos que embarcaron en los Puertos Grises
y zarparon hacia Tol Eressëa, en la bahía de Eldamar, en las Tierras Imperecederas, para construir allí la ciudad de Avallónë. A los
edain se les concedió una hermosa isla en el Mar Occidental, llamada Númenor, y también ellos abandonaron la Tierra Media. Gilgalad
gobernó en Lindon y Círdan ocupó los Puertos Grises. Pero, en el año 750 de la Segunda Edad, se cuenta que Celebrimbor
salió de Lindon y creó un reino a los pies de las Montañas Nubladas, en el país de Eregion, cerca del reino enano de Khazad-dûm.
Estos elfos recibieron el nombre de Gwaith-i-Mírdain, el «pueblo de los orfebres», y el de Herreros elfos en épocas posteriores.
Fue aquí donde, siguiendo las sutiles insinuaciones de Sauron, Celebrimbor, nieto de Fëanor, quien había creado los Silmarils,
forjó los Anillos de Poder, y así surgió la segunda gran obra de los noldor, que traería consigo otro ciclo de terribles guerras.
Porque entonces Sauron hizo el Anillo Único que dominaría a todas las demás obras de los noldor. Los elfos se alzaron iracundos
y temerosos, y se libró la Guerra de Sauron y los elfos. Celebrimbor y casi todos los Gwaith-i-Mírdain perecieron. Eregion fue
arrasado y aunque Elrond Medio elfo acudió con un ejército, lo único que pudo hacer fue rescatar a los pocos supervivientes y
refugiarse en Imladris, que los hombres llamarían Rivendel. Allí se creó el único reducto de los noldor entre las Montañas
Nubladas y las Montañas Azules. En esa época el mismo Lindon corrió peligro, pero los númenóreanos, descendientes de los
edain, aparecieron con sus enormes flotas y expulsaron a Sauron hacia el este. Más adelante, regresaron y capturaron al Señor
Oscuro, pero no acabaron con él. Lo hicieron prisionero y con ello provocaron su propia caída, porque él los puso en contra de los
Valar y por su locura fueron tragados por el mar. Así Sauron regresó a la Tierra Media, donde sólo quedaban los reinos noldorin
de Lindon y Rivendel, aunque se habían creado los reinos de Bosqueverde el Grande y de Lothlórien con nobles noldorin y
sindarin y súbditos silvanos. Pero, al regresar Sauron, volvió la guerra. Se constituyó la Última Alianza de elfos y hombres y en
esa guerra, que significó el final de la Segunda Edad, Sauron mató a Gil-galad y al rey de los dúnedain, pero el mismo Sauron fue
destruido con todo el reino de Mordor. A partir de entonces no hubo Gran Rey de los elfos noldorin en la Tierra Media, pero los
reinos siguieron en pie. El señorío de Lindon y de los Puertos Grises recayó en Círdan, mientras que Elrond siguió gobernando en
Rivendel. Durante la Tercera Edad, el reino más hermoso fue Lothlórien, donde reinaba la reina Galadriel, la noldo de estirpe más
noble que quedaba en la Tierra Media. Cuando al final de la Tercera Edad se destruyó el Anillo Único y Sauron pasó al Reino de
las Sombras para siempre, Elrond fue convocado desde Rivendel, y Galadriel abandonó Lothlórien, para embarcar ambos en las
blancas naves que los llevarían a las Tierras Imp erecederas. Sin la reina, Lothlórien se fue apagando y los reinos noldorin de la
Tierra Media decayeron. Se dice que Círdan, el Constructor de Barcos, se llevó a los últimos noldor a las Tierras Imperecederas.

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